Templo de la antigua Congregación Servita de los Dolores, erigida en la primitiva iglesia parroquial del puerto -en Ferrol Vello- el 6 de diciembre de 1750 en el oratorio del Stmo. Cristo de los Navegantes. En esta capilla se encontraba la efigie de la Dolorosa. Aquí realizó su vida la Congregación hasta 1762, año en que fue cerrada al culto por su mal estado y la imagen de la Dolorosa fue trasladada a la nueva parroquia provisional, la capilla de San Roque. Durante esta época de fiebre constructiva en Ferrol, se pensó en levantar un nuevo templo dentro de la nueva población de la Magdalena, a cuenta de las limosnas de los hermanos y demás gentes piadosas.
Su ubicación se realizó en un solar de la plaza occidental -de las dos que formaban la ‘tableta de chocolate’- y que pasará a llamarse plaza de Dolores, hoy de Amboage. El arquitecto Julián Sánchez Bort, por aquel entonces director de las obras del Arsenal, acordó con sus dueños la compra de los terrenos por un total de 1886 reales y 6 maravedíes. La capilla fue proyectada e iniciada en 1771 no sin problemas de financiación por el arquitecto Antonio de Bada y Navajas, pero en 1775 este decidió apartarse del proyecto porque no se estaba realizando acorde a su estudio. Las críticas vertidas por su colega de profesión Francisco Solinis, aún habiéndose hecho con la dirección de las obras, no cesaron en el cuestionamiento de las soluciones adoptadas por Bada llegando a manifestar que podrían incluso comprometer la seguridad del templo. Se consideraba que el espesor de los muros no era acorde a su altura y, en 1785, el arco colapsó. Tuvo que mediar en el asunto el arquitecto de las Obras Reales Pedro Ignacio de Lizardi, que cogió el relevo y finalmente se posicionó del lado de Bada y su proyecto original y la concluyó.
El 11 de marzo de 1782 se traslada a la Virgen a la nueva capilla, a pesar de no estar concluidas las obras interiores ni exteriores. Se pasó a levantar el retablo mayor -el del momento era provisional- a través de cuestación pública. Carlos de Porto y Vicente Alvariño lo realizarán entre marzo y septiembre de 1789. Sin embargo, en menos de dos siglos desaparecerá en tristes circunstancias.
A lo largo de su historia ya ha vivido tres períodos de cierre muy importantes, de 30 años en el siglo XIX el de mayor duración y durante el cual el templo se vio sometido a diversas remodelaciones, confirmando en buena medida los peores augurios del arquitecto real Solinis durante su construcción en el siglo anterior. El 14 de febrero de 2017, tras la misa del Miércoles de Ceniza, el obispado de Mondoñedo-Ferrol cierra al culto la hoy iglesia parroquial debido a un agravamiento de sus daños estructurales. Fruto de esta decisión, se procede al traslado de los Sagrados Titulares de la Cofradía a la Concatedral de San Julián.
DESCRIPCIÓN
El diseño sigue un modelo bastante difundido en la arquitectura ferrolana dieciochesca. Su planta es de cruz latina de una sola nave, con los brazos cortos de la cruz escasamente proyectados. Toda la iglesia se organiza en torno a un cuadrado central, con cubierta cupulada, como corazón y crucero del edificio. A éste se adosan en los pies y en la cabecera otros dos -de más reducidas dimensiones- que recogen el único tramo de la nave y la capilla mayor. Tenemos también la sacristía, la cual se sitúa tras el desaparecido retablo mayor.
EXTERIOR
Presenta un sobrio juego de volúmenes, correspondiendo a su compartimentación interior. La fachada se presenta alta y rectangular, sin traslucir para nada la organización interior. Se estructura en tres calles, la central más ancha y rematada por frontón curvo y puerta cubierta con frontis triangular. Sobre ella un óculo de iluminación. Las dos calles laterales son más estrechas y desornamentadas, quedando como cuerpos de arranque de las torres que rematarán la composición; ambas realizadas a mediados del siglo XIX.
INTERIOR
Contaba la iglesia con tres retablos. El mayor con el camarín de la Virgen y otros dos colaterales. En el del evangelio se da culto a una efigie del apóstol Santiago hasta 1868 que se convertirá en el del Stmo. Cristo de la Misericordia -al que acompañarán San Juan y la antigua ‘Dolorosa del Enquentro’, la Virgen de la Piedad-. En el retablo de la epístola se veneraba una tabla en la que está pintado Jesús con la cruz al hombro en medio de sus verdugos hasta 1863, año en el que Francisco Guerra Felipe gubia la imagen de Jesús Nazareno. La Verónica procesional lo acompañará en el retablo. Todo este programa iconográfico y devocional se verá trastocado tras el Concilio Vaticano II, momento en el que la capilla pasa a ser parroquia por decreto del entonces obispo diocesano D. Jacinto Argaya el 19 de marzo de 1968 y su aspecto cambiará de forma radical. Con el tiempo se ha tratado de recuperar una pequeña parte de su perdido esplendor al volver algunas imágenes a tener el culto que habían perdido.
Fuentes: La Semana Santa de Ferrol en sus Procesiones y sus Ymágenes, de Emilio Fernández Díaz; La Voz de Galicia; El Correo Gallego; Real Academia de la Historia; Diócesis; archivo histórico y elaboración propia.