«Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el Cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su Cuerpo. Fue también Nicodemo -aquel que anteriormente había ido a verle de noche- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el Cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús». Jn 19, 38-42.
Imagen de talla completa realizada por el imaginero leonés Pablo Lanchares en el año 2016.
Procesiona en la noche del Miércoles Santo cerrando el cortejo de la procesión de la Penitencia.